Ningún país es autosuficiente en recursos fitogenéticos. Todos dependen de la diversidad genética de los cultivos de otros países y regiones. Por lo tanto, la cooperación internacional y el libre intercambio de estos recursos "son esenciales para la seguridad alimentaria. El Tratado Internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura (TIRFAA), conocido como Tratado de las Semillas, fue adoptado durante la trigésima primera reunión de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el 3 de noviembre de 2001.
El tratado tiene como objetivos generales el reconocer la enorme contribución de agricultores de todas las regiones del mundo a la diversidad de los cultivos que alimentan el mundo; establecer un sistema mundial para proporcionar a los agricultores, fitomejoradores y científicos acceso gratuito y facilitado a los materiales fitogenéticos; y garantizar que los usuarios compartan los beneficios que obtienen del material genético utilizado con las regiones de donde son originarios. Además del curso de introducción, el Tratado Internacional hace disponible a través de InforMEA un curso sobre los Derechos del Agricultor (en inglés).